Daniel Craig y Hugh Jackman debutan como pareja en Broadway

La Vanguardia informa. El público ovaciona a los dos actores, que interpretan a unos policías que ven perder su amistad. El actual Bond, algo maltratado en la prensa previamente, no decepciona a los espectadores

Han estado desaparecidos. Se sabía que de su presencia en Nueva York desde hace unas semanas, pero no se prodigaron en público. Máxima discreción. Hasta la noche del jueves, cuando dos de los hombres más admirados, y no sólo por su trabajo como actores, coparon la escena en Broadway. James Bond y Wolverine se hicieron de carne y hueso de la mano. Su debut en un relato policial sobre la amistad pasó con nota. Daniel Craig y Hugh Jackman, una de las parejas más explosivas que puede reunirse hoy en día, no defraudaron. Todo vendido y larguísima ovación al caer el telón.

El debut de Craig en la meca mundial del teatro había sembrado dudas. Algunos críticos, tal vez envidiosos del considerado el mejor torso del momento, consideran que su interpretación del agente 007 se caracteriza por sus movimientos de zombi. También recordaban que, antes de ser el espía más famoso del mundo, se había subido a los escenarios de Londres con importantes compañías, pero eso, aseguraban, hacía demasiado tiempo.

Daniel Craig, que luce mostacho para la ocasión, les replicó con una buena interpretación de un uniformado que habla con acento irlandés. Jackman, contendiente italianizado en esta obra programada sólo por doce semanas (acaba en diciembre), ha sido tratado con mucha más benevolencia. Cuestión de carácter. Aseguran que el actual Bond, tan acostumbrado a las relaciones sociales en el celuloide, es un tímido cuando se quita el esmoquin de 007, mientras que su colega resulta simpático hasta dormido. Dicen. Jackman cuenta con un premio Tony por su interpretación en The boy from Oz.

Este pareja se enfrenta a una pieza escrita por Keith Huff, bajo la dirección de John Crowley.

La pieza destaca por su montaje, pese a que básicamente se trata de conversaciones y monólogos entre dos amigos cuya relación se envenena por la investigación de un caso. Los dos actores pasan de estar sentados a dar vueltas por el escenario para dirigirse directamente al auditorio. Ahí arriba, al estilo de una disposición cinematográfica, se suceden persecuciones y choques de coches y tiroteos.

Impresiona ver cómo pasan de la docilidad a una ira intensa, son magníficos intérpretes, explica una de las asistentes de la primera noche. La complejidad de la historia y su actuación me parecen admirable, añade su acompañante. Otro entusiasta sostiene que Craig y Jackman demuestran que saben de qué va el teatro y que esto no sólo es una operación para vender entradas. Después de hora y media de espectáculo, más de un centenar de personas se esperaron a las puertas del Schoenfeld Theatre. No les importó que las estrellas se tomaran su tiempo. Querían verlos más de cerca, felicitarlos, fotografiarse, tener una firma. Tocarlos.

La Vanguardia informs. The audience cheers the two actors, who play some policemen who see losing their friendship. The current Bond, something mistreated in the press previously, does not disappoint the spectators

They have been missing. It was known that his presence in New York for a few weeks, but not lavished in public. Maximum discretion. Until Thursday night, when two of the most admired men, and not only for their work as actors, took over the scene on Broadway. James Bond and Wolverine became flesh and blood of the hand. His debut in a police story about friendship passed with a note. Daniel Craig and Hugh Jackman, one of the most explosive couples that can meet today, did not disappoint. All sold and very long ovation when the curtain falls.

Craig's debut in the world theater mecca had sown doubts. Some critics, perhaps envious of the considered the best torso of the moment, consider that its interpretation of agent 007 is characterized by its movements of zombie. They also remembered that, before being the most famous spy in the world, he had gone on stage in London with important companies, but that, they claimed, was too long ago.

Daniel Craig, who looks mustachioed for the occasion, replied with a good interpretation of a uniformed man who speaks with an Irish accent. Jackman, Italianized contender in this work scheduled for only twelve weeks (ends in December), has been treated with much more benevolence. Question of character They claim that the current Bond, so accustomed to social relationships on celluloid, is shy when he takes off his tuxedo 007, while his colleague is nice to sleep. They say Jackman has a Tony Award for his performance in The Boy from Oz.

This couple faces a piece written by Keith Huff, under the direction of John Crowley.

The piece stands out for its assembly, although it is basically talks and monologues between two friends whose relationship is poisoned by the investigation of a case. The two actors move from sitting around the stage to talking directly to the audience. Up there, in the style of a cinematographic disposition, there are chases and car crashes and shootings.

Impressive to see how they go from docility to intense anger, they are magnificent interpreters, explains one of the assistants of the first night. The complexity of the story and its performance seem to me admirable, adds his companion. Another enthusiast argues that Craig and Jackman demonstrate that they know what the theater is about and that this is not just an operation to sell tickets. After an hour and a half of show, more than a hundred people waited at the gates of the Schoenfeld Theater. He did not care that the stars took their time. They wanted to see them more closely, congratulate them, photograph themselves, have a signature. Touch them.